miércoles, 17 de febrero de 2010

Natalie Heinich es traducida al español y nos aporta una interesante visión de lo que el arte puede aportar a la sociología

Socióloga francesa explora cómo una obra de arte individual ''explica a la sociedad''
MONICA MATEOS-VEGA La Jornada México

Hace falta una actitud humilde y pudorosa de los científicos sociales ante el arte, asegura Gerardo Estrada en el prólogo del libro Lo que el arte aporta a la sociología, de Nathalie Heinich, traducido al español por Hilda Trujillo publicado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

El texto de la socióloga francesa, especialista en cuestiones de arte, plantea una discusión en torno a ese ''tema que no es fácil de abordar, pues persiste la polémica en cuanto al punto en que arte y sociología se deben de conjugar", explica Trujillo.

Añade que siendo la creación artística una de las actividades más individuales y personales que existen pareciera contraponerse con la sociología que estudia los comportamientos sociales, colectivos.

''¿Puede o no el arte medirse de manera sociológica? Esa es la cuestión que aborda Heinich, y comprueba que sí. En este sentido, no se pretende estudiar al artista de manera estandarizada, ni crear fórmulas sociológicas de interpretación de éstos, pero sí analizar cómo una creación individual explica a la sociedad", señala Trujillo.

Por tal motivo, la traductora y también socióloga considera que el valor académico de este libro reside en que ''hace una compilación de diferentes perspectivas e interpretaciones de la sociología del arte: antirreduccionista, acrítica, descriptiva, pluralista, relativista y la neutralidad.

''La autora no hace una propuesta de qué tipo de postura debe usarse para la interpretación del arte, sólo llega a la conclusión de que es posible que ambos campos se nutran. Esa es la aportación de este texto."

Texto de fácil comprensión

Estrada apunta en el prólogo de Lo que el arte aporta a la sociología que algunos sociólogos ''tendieron a reducir la explicación del fenómeno artístico a la determinación de las condiciones económicas y sociales o a un mero reflejo de esto, o bien a minimizarlo en términos de simples cuestiones estadísticas sobre las tendencias del gusto o del estudio de la asistencia de público a actividades artísticas, hecho que revelaba, por un lado, una gran soberbia y, por el otro, un notable desprecio por una de las actividades humanas y sociales más ricas y complejas, de la cual se podían desprender múltiples experiencias aplicables a otros órdenes de la vida social: ¿desprecio o incomprensión?

''Natalie Heinich propone, en lugar de concebir a la sociología como una posible vía que contribuya a explicar el fenómeno del arte, invertir tales términos y considerar lo que el arte puede aportar a la sociología, lo cual no sólo enriquece enormemente la posibilidad de comprender el arte, sino que brinda una perspectiva más enriquecedora de sí misma a la sociología.

''No es éste un libro de divulgación general, ya que supone el conocimiento de ciertos principios esenciales de la sociología y del arte; sin embargo, es una obra fácilmente comprensible, que permitirá a los estudiosos del arte y la sociología ensanchar su perspectiva e iniciar el largo y tortuoso camino de la explicación de 'lo obvio'."

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