viernes, 8 de abril de 2016

Se entiende y respeta la Animación Sociocultural en España

Este es un país muy peculiar, en el que cualquier licenciado universitario está validado para ejercer cualquier trabajo, sin que esté formado para ello. El hecho de tener una licenciatura parece una patente de corso para ejercer de lo que sea. La pobre explicación a esta intromisión sólo se justifica porque España es un país de jerarquías piramidales, donde el de arriba está por encima de los de abajo, y licenciado es como escalera de color que en el poquer mata a trío, que son los pobres técnicos superiores. La percepción generalizada es que un TASOC es un profesional especializado en disfrazarse de oso yogui y animar fiestas de cumpleaños. 
Esta falta de respeto y de seriedad se expresa en la administración pública de forma lamentable. El acceso al funcionariado accede a los puestos públicos través de pruebas de memoria, y no se valoran ni las actitudes, ni las habilidades psicomotrices. Los concursos oposición como pruebas memorísticas son un anacronismo que sólo fomenta que accedan al servicio público personas sin actitud de servicio, que haya tráfico de influencias, corrupción y las malas praxis.